KM

Llueve y se mojan las cosas.

Llueve y el agua se lleva nuestros pensamientos mas terribles. Llueve y nos borramos de la mente aquellas palabras que nos hacen recordar lo miserables que somos. Llueve y nos limpia la conciencia de todos los errores que cometemos dia a dia. Llueve y nos acordamos de los quehaceres de mañana. La lluvia limpia tambien nuestros corazones, ordena los pensamientos. Si antes era sí, recapacitas y ahora es no, tal vez. Uno nunca pensaría que esta agua que cae del cielo nos beneficia tanto o mas que el beber. Nos refresca la mente y limpia nuestras entrañas de una manera inigualable. Por eso a veces cuando llueve, lloramos. Porque nuestro cuerpo emula las acciones del entorno. Si nuestro ojo ve una gota, entiende por ello que se derramó por causa de las lágrimas de alguien más, y empieza a llorar.

No, todos lo entendemos, no son basuritas en el ojo cuando intentas no llorar al ver a quien mas quieres con alguien mas. Te destrozas por dentro. Tus pensamientos se caen y chocan en el suelo. Tus dientes se aprietan, se aprisionan. Tu corazón se detiene. Tu mente queda en shock. Impotente estás y quieres gritar, llorar. Entonces tus emociones explotan, corres y te escondes, te vas a lo más lejano del lugar y te pones a llorar. Lloras y tus lágrimas caen al suelo. Aprietas tus puños y recojes tus piernas. No quieres que nadie sepa lo que acabas de pasar. Y esas lágrimas que cayeron al suelo, la tierra las siente como suyas. Y las nubes se juntan. Y el sol también, por vergüenza, se esconde. Y las nubes te ven llorar y lloran. Y cae la lluvia. Producto de tus lágrimas es la lluvia. Parientes de tus lágrimas son las gotas de lluvia, porque de alguna manera, cuando tus lárgrimas caen al suelo se convierten en lluvia. Y estas gotas de lluvia ahora tratan de reconfortarte. De limpiar tu mente y tu corazón, de limpiar tu honor. Y al juntarse en el suelo en forma de charcos te llaman la atención, reflejando tu imagen para que te des cuenta de cuan grande eres, y cuanto valor tienes, mucho.


KM/06

Por eso hoy llueve, porque lloré.